NO MAKE UP, PLEASE!
- Zury Jiménez
- 20 jun 2018
- 2 Min. de lectura
Cada mañana al despertar viene a mi mente una pregunta: ¿me maquillo o no?
Y muchos dirían: Zury, eres editora de moda y belleza, ¿cómo te puedes hacer esa pregunta?
La verdad es que la belleza no está en el maquillaje, está en nuestro interior. Vivimos rodeados de una sociedad que nos bombardea con expectativas y requisitos que debemos cumplir, cuando no es así, entonces tratamos de modificar nuestras facciones con maquillaje y/o cirugías.
¡Ojo!, no estoy diciendo que maquillarse es malo y que las cirugías te convierten en un ser humano digno del infierno, simplemente echa un vistazo a las intenciones que tienes al hacerlo. Llegó un momento en mi vida en que me di cuenta que maquillarme realmente me pesaba, llegaba el momento de arreglarme y me daba pereza, me ponía de mal humor, sentía que lo hacía por obligación; así que tomé la decisión de dejarlo.
Al principio me costó trabajo, pues las personas con las que convivía a diario me preguntaban si me encontraba bien, si estaba enferma o si mi estado mental sufría de algo. Al parecer las personas no comprenden que el maquillaje es un accesorio más, así como las pulseras, collares, anillos o aretes; un día te los puedes poner, al otro no.
Muchos asocian el maquillaje con el bien sentimental e incluso de salud. Esto ha hecho que cada vez más de nosotras nos sintamos inseguras cuando no usamos maquillaje, sin embargo debemos reconocer que nos sentimos mucho más cómodas los días que no lo usamos, nos podemos tallar los ojos, comer sin pensar en el labial, no nos preocupamos si el delineador se corrió o la pestaña se despegó, por las noches no tenemos que desmaquillarnos, basta con lavarnos la cara y ya.
Entonces, si es más cómodo, ¿por qué seguimos no haciéndolo?
Los medios de comunicación por mucho tiempo nos enseñaron que para tener una cara bonita debías maquillarla, sin darse cuenta que orillaron al público a obsesionarse con esa idea e incluso lo hicieron requisito para muchos trabajos.
No solo las mujeres nos hicimos adictas, también los hombres, pues se dice que una dama debe andar bien arreglada, y ellos buscan obviamente una.
Tanta fue la obsesión de muchas por ser “bonitas” que olvidaron una cosa: “quererse”.
Muchas y muchos utilizan el maquillaje como un accesorio obligatorio pues quieren verse bien para los demás. Cosa que me pasó a mí, pero aprendí que el maquillaje que uso no es para los demás, es para mí.
Hoy me sigo maquillando, mas ya no lo hago para que los demás me vean bella, sino para que me mire al espejo y me vea más hermosa de lo que soy.
Maquíllate todo lo que quieras y de la manera que gustes, sólo hazme un favor y hazlo para ti, hazlo para consentirte, si un día no quieres usar maquillaje entonces también consiéntete, no lo hagas porque no importa la opinión de los demás, importa la tuya pues es tu cuerpo y tú decides por él.
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